Hace unos días salí de mi casa con ganas de disfrutar un desayuno al aire libre, por cual me dispuse a caminar por las calles de San Telmo, buscando un lugar agradable con mesas afuera. Caminando por la calle Perú encontré un lugar con una estética diferente a la que uno esta acostumbrado de ver, un estilo sobrio pero con muchos detalles de arte y diseño, tenia mesas afuera así que me senté. En ese momento veo como una chica sin uniforme y poco presentable vino corriendo de la esquina y se dispuso a atenderme, le pregunte por la carta y cuando la trajo me dispuse a mirar los desayunos/meriendas, cuando mire para arriba ya no estaba mas la chica y estuve probablemente 10 minutos esperando que alguien venga hasta que llego una señora muy amable y me tomo el pedido. El desayuno que pedí eran unos huevos revueltos, café con leche y unas tostadas (Típico desayuno americano). Uno mas o menos sabe que puede tardar por la cocción de los huevos pero también sabe cuando puede llegar a tardar, y mas viendo que no había nadie antes que yo para realizar un pedido. Fue una lastima ver que hasta que me trajo el pedido al rededor mio se sentaron 3 personas y al no ser atendidas se fueron. El desayuno estaba muy rico, los huevos en su punto y el café con leche ni fuerte ni lavado, lo que si note que no me convenció mucho fue las tostadas, las cuales eran 3 triángulos de pan lactal. Viendo que a media cuadra había una típica panadería muy linda y sobre todo llena lo único que me pregunte mientras comía un trianguilito seco con un poco de queso crema era porque no comprar un pan del día y tostarlo para darle ese toque mas hogareño. En el momento que de fortuna sale alguien del lugar me dispongo a pedir la cuenta y la traen en el momento, pago y dejo la respectiva propina lamentándome que siendo un lugar tan lindo y bien ubicado puede tener tantas falencias en lo que es servicio, volveré a probar la cena que vi unos platos bastante interesante, pero el desayuno, poco recomendable.
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